lunes, 26 de junio de 2017

Salir de una Resaca

Cuando hablamos de cómo salir de una resaca, no nos estamos refiriendo a la primera de las fotos, sino a la segunda que verás un poco más abajo!!!

Bromas a parte, este tema debe tomarse con gran seriedad pues si no tienes asentados unos sólidos principios en tu cabeza, es muy probable que ante una situación de posible riesgo no seas capaz de reaccionar racionalmente, dejándote llevar por el pánico. Por ello, queremos darte unas breves líneas sobre el auténtico riesgo que esconde una resaca y las maneras de evitar verte dentro de ella o, en caso de verte metido en ella saber como reaccionar para evitar que el susto vaya a mayores.

¿Cómo salir de una corriente de resaca?




Después de un buen rato en el agua, remando, haciendo el pato, cogiendo olas, y gastando un montón de energía, toca salir a la orilla pero podría ser que según el estado de la mar nos encontremos con resaca.

La resaca es una fuerte corriente que se forma por un canal que fluye mar adentro y nos dificulta la llegada hasta la orilla. Normalmente por la rotura de un banco de arena aunque también se forman cerca de espigones y embarcaderos.

En estos casos, al encontrarnos metidos en el cuello de una resaca, lo primero y más importante es no ponerse nervioso! Pensar que no tenemos prisa por salir y que cuanto más esfuerzo hagamos más energía vamos a gastar tontamente y más nos vamos a cansar. Remar a contra corriente es realmente inútil.

¿Entonces que debemos hacer?

La manera de vencer a una corriente de resaca no es luchar contra ella, sino todo lo contrario, dejarle ganar y buscar otra salida!
Es decir, si nos encontramos dentro del cuello de la resaca y no podemos llegar a la orilla, simplemente nos dejaremos llevar hasta la parte de la cabeza (final del cuello de la resaca) donde la fuerza se frena y se dispersa al chocar con masas de agua más templadas).

Hay que estar alerta porque aunque los recorridos de las resacas no suelen ser muy largos, en algunos casos si pueden llegar a los cien metros o mas.
Una vez en la parte de la cabeza de la resaca, fuera del cuello, será el momento en que podemos comenzar a remar paralelos a la costa dejando atrás la corriente y entrando a la orilla unos metros más alejados.

Normalmente, muy cerca a la propia resaca encontraremos pequeñas corrientes a favor de la playa que nos ayudan incluso a ir hacia la orilla y que son las que alimentan la resaca. Si nos aprovechamos y ayudamos de esta agua que empuja hacia la orilla hay que ir alerta de no volvernos a meter en el cuello de la resaca.

Hemos de tener en cuenta que somos surfers, y por tanto, buenos nadadores y que contamos con una tabla que nos sirve de apoyo, no obstante, es fundamental mantener la calma y el control de la situación en todo momento.
Si aún así vemos que el pánico nos vence o que tenemos algún tipo de problema (calambres, agotamiento, miedo, etc), no dudaremos en pedir ayuda agitando los brazos y gritando. Pero siempre intentando controlar la situación evitando que el pánico nos haga hacer estupideces.

Como buenos surfers, tenemos siempre que intentar evitar este tipo de situaciones, y la mejor manera de hacerlo cuando no conocemos muy bien la playa donde vamos a meternos es dedicar unos minutos a observar.
Las resacas son bastante perceptibles a la vista pero no nos tenemos que dejar engañar ya que aunque puedan parecer muy débiles, la fuerza de la corriente es submarina y no la veremos hasta que realmente estemos metidos en ella, por lo que mejor será evitarlas en todo caso.
Por suerte, muchas playas ya cuentan con servicios de socorro que marcan y delimitan las zonas con resacas y otros peligros para el bañista y para los surfers.

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